martes, 20 de septiembre de 2011

Por desgracia la vieron mis ojos...


Por desgracia la vieron mis ojos y sentí una gran angustia por abandonar la gacela que me hizo prisionero a la sombra de las palmeras. Refrescaba su cuerpo con un cuenco de plata y al verme se cubrió el pubis, pero el pubis se asomaba entre sus manos. Oh! si pudiera calmar mis ardores en el.
Mira, ?quienes son esos?.
Esperad muchachos. ¿puedo leeros unos versos mios? los escribi hace muchos años cuando aun era casi tan joven como vosotros.

No hay comentarios: