martes, 25 de octubre de 2011

Vettriano y Sade

Eugenia: Cuánto me alegro de haber causado ese placer! Pero querida amiga, hay una palabra que se te ha escapado y que no entiendo. ¿A qué te refieres cuando dices puta? Perdón, ¿lo sabes?, estoy aqui para instruirme.

Señora de Saint-Ange: Así se llama, preciosa, a las víctimas públicas del libertinaje de los hombres y mujeres, siempre dispuestas a entregarse al temperamento o al interés del otro; mujeres dichosas y respetables, a las que el mundo condena pero que la voluoptusidad corona, y que mucho más necesarias para la sociedad que las mojigatas, tienen el valor de sacrificar, en su servicio, la consideración que injustamente les niega esta sociedad. " Vivan aquellas a quienes honra ese titulo. Esas son las mujeres verdaderamente amables, las únicas que son realmente filósofas. En cuánto a mí, querida, que desde hace doce años trabajo para merecerlo, te aseguro que, lejos de molestarme me divierte. Es más, me gusta que me llamen asi cuando me corro. Esa injuria me calienta la cabeza.

De Filosofía en el tocador.

domingo, 16 de octubre de 2011

Vettriano (2)



Larga vida al servidor de los baños, cuya mano se recrea frotando la desnudez de un cuerpo surgido del agua y de la luz.

martes, 11 de octubre de 2011

Vettriano (1)




El sufría por que era la última noche que la tendría entre sus brazos, que se escaparía para siempre, que a ella le dolía tanto amor. Ella se arreglaba de la noche lujuriosa ocultando y a la vez regocijándose en sus lagrimas ante el espejo. El intentaba concentrarse para no olvidarse de la última de vez que la tocó. Ella se fue, pero doliéndole.

domingo, 2 de octubre de 2011

AMAr



Amar/Ama/Amo/Amante/ Amado/Amador/Amigoso/Amansar/Amañado

Dignidad & Testosterona


Si, amigos, vivir a base de gin tonic parece ser el elixir de la eterna juventud. Aunque este combinado, solo apto para gargantas e hígados potentes y de derechas, tiene sus ventajas e inconvenientes. La principal ventaja es que puedes encontrarte con chulos clones de Lorenzo Lamas en los claroscuros de la noche. Lo ves, los idolatras, veneras el poderío de una barba imponente. Líquidamente tiendes a idealizarlo, por las rudas de sus maneras, pero en cuanto intentas un juego de miradas con él, se lo impide la tensión del cuello que le hace subir la mirada, porque el cerebro le ha mandado que se comporte dignamente. Esa simulación de la homosexualidad en la discoteca de ambiente granadina supone maniquíes adoradores de divas del pop, que se copian la una a la otra y desatarse la mano de la silla de anea en su pueblo para no alzarla por encima del codo. Hombres que insisten en adorarte y bailan detrás de ti, anchas espaldas y testosterona saliendo por la manga de la camiseta que tienen amigos gilipollas y cocosos. Maestros que te dicen es tu antihombre. Barbas y pechos que te miran fijamente y sordos a los que oyes de fiesta. Todo para irte dignamente pensando “no he pillao por que no he querido” y estar a punto de presenciar la pelea entre chonis ilustradas y una antigua loca del instituto con un nuevo nombre.